15/10/09

La sombra del Diablo


 De pronto me desperté. Había pasado la noche bebiendo solo. En la cajetilla de cigarros sólo quedaba uno y en el suelo los esqueletos de las cervezas muertas. Me di cuenta que era de noche y me había olvidado el prender las luces, así que me levanté y en ese instante una punzada en la espalda me hizo saber que no estaba solo. Frente a mi cama está un armario cuya parte superior son dos puertitas corredizas. Apenas y se lograba ver algo con esa oscuridad pero me pareció ver que por una pequeña apertura en esa puerta corrediza se asomara alguien. No le di mucha importancia y me levanté de la cama y moví las teclas de la computadora para que saliera del reposo, pero no funcionó. Encendí la luz del cuarto pero solo lanzó un destelló y la luz se esfumó; el destello que lanzan los focos al fundirse. 



 Me dirigí al baño que está en al salida de mi habitación y sucedió lo mismo con ese foco, sólo que ese instante de luz me permitió verme en el espejo por menos de un segundo y logre ver que había alguien tras de mi. Me asusté y caminé hacia la cocina cuya entrada está pasando por la sala.  La sala no estaba sola, había cerca de cinco personas sentadas en el sillón. No podía ver nada, mas que sus cuerpo en la oscuridad, eran sombras sobre sombras. Traté con el foco de la cocina pero sucedió lo mismo. 

 No sabía que hora era, pero supuse que era de madrugada debido al silencio en la calle. Abrí la puerta del patio y traté de que mi perro “Fausto” entrara. Siempre se mete sin permiso a hacer desorden, pero ésta vez que lo quería dentro para que al menos me hiciera compañía no quiso entrar y se le veía asustado. Lo jalé hacia dentro pero salió corriendo. La puerta se cerró de un azote por si misma y fue como si me transportara. Al momento del portazo ahora me encontraba frente al espejo del baño y la luz estaba encendida. Ahí estaba yo, joven, pero todo mi cuerpo se había vuelto canoso, las cejas y la barba igual y mis ojos estaban apagados. Me di la vuelta y vi al que supuse era el diablo. Estaba riéndose de mi. Era una sombra cualquiera, tenía la forma de un humano pero no tenía facciones, era pura oscuridad, lisa y profunda. No tenía ojos ni dientes, no había nada, simplemente era como si una sombra se hubiese levantado del suelo. Sólo reía, no se de donde le salía la risa, tal vez sólo me hacía escucharla en mi cabeza. 

 De nuevo se fue la luz y desperté. Estaba en mi cama y era de tarde. La luz del sol entraba por la ventana y me tranquilicé. Volteé a ver la pantalla de la computadora que permanecía en reposo y estaba toda negra, y ahí, en el reflejo de la pantalla, logré ver que al lado de mi cama había cinco personas de pie. Volteé a mi lado y no veía nada, pero ahí estaban, las podía escuchar susurrándose en un lenguaje que desconocía y lograba verlos por la pantalla de la computadora. Volví a despertar. Fue un sueño dentro de un sueño. Era aun de tarde, así que ésta vez me puse de pie y fui a la cocina y encendí todas las luces, no fuera a ser que me cayera la noche y me sucediera lo que en el sueño.

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