Transformers
1 fue una película realmente buena que vino a mostrarnos algo fresco en cuanto
al uso de efectos especiales, sorprendiendo con las fantásticas transformaciones
de los robots, acción, personajes y un peculiar humor del protagonista; era
algo definitivamente fresco, sazonado con la belleza de la entonces desconocida
Megan Fox y arropado bajo la bendición de Steven Spielberg. Definitivamente no
es una “buena” película en sentido estrictamente artístico, pero fue un
excelente producto comercial en todos los sentidos. Para la segunda entrega
algo sucedió en la cabeza de su director, Michael Bay; no sabría decir exactamente
que, el asunto fue que recicló todos los mismos elementos y pensó que con el
simple hecho de aumentarlos de una manera descomunal incrementaría
proporcionalmente la calidad de la cinta, lo cual resultó a la inversa. Estuvimos
en presencia de una atrocidad y estupidez de proporciones descomunales que ya
no quiero ni recordar. Ahora nos entrega su tercera y espero, ultima parte de
la serie, en donde si bien redime algunos errores, cae en nuevos, volviendo a
entregar un producto que funciona bien hasta el pasar de ciertos minutos, para
terminar volviéndose una de las películas más insoportables, odiosa, pretenciosa
y vacía que he visto en toda mi vida. Ah si, y está en 3D.
