28/5/09

De poetas y jardines

Se creía muy poeta porque en su mano yacía tejida una pluma.

Y cuestionaba al Jardinero:

“¿Acaso tu tierra es digna de mis pasos?”

“Pase y cargue una pequeña flor con la palma de su mano, la que guste es suya” le invitó el Jardinero, que en su vida sólo poseía diez pequeñas flores azuladas que rodeaban una vieja rosa de ocho pétalos marchitos.


El Poeta entró al jardín intentando levantar una flor, mas su mano se esfumaba cual si fuera transparente. El inocente Jardinero tomó en sus pequeñas manos la flor y suavemente la levantó.

Inmediatamente   el    poeta       comenzó      a      

  d e 

                    sq ue     

                                                  b    r a

                                                                          ja r       s   e.




...y en polvo se convirtió.

 Desde entonces en aquel jardín reposan once pequeñas flores azuladas las cuales cuida el Jardinero.

No hay comentarios: